sábado, 29 de mayo de 2010

Poemas y mucho más

VEINTISEIS DE MAYO
Por: José Corvacho 1866-1931


¡ Oh Tacna Emperatriz, pueblo adorado
te miro desde aquí, no con los ojos;
te miro con el alma, sublevado
el número que te dio cantares rojos;
que dos lustros en rápida carrera
erguidos sobre ti, sólo han dejado
mas herrumbre en los cepos que te oprimen
y mas nieve en la joven cabellera
de los que ausentes de tu suelo gimen!


Hoy te recuerdo más, pues nunca olvido
la tarde horrible en que por vez primera
mi corazón de niño dio un rugido,
al mirar desgarrada tu bandera;
hoy te recuerdo más, está en oído,
como si en el instante sucediera,
tu cántico guerrero,
el choque de tu acero,
el hurra triunfador de los villanos,
y aún hay sangre en mis nerviosas manos!



Fue una mañana en que te viste el mayo
de fraganciosas y brillantes galas,
cuando sinietro desplegó sus alas
el negro cóndor y terrible rayo,
atronando las vastas soledades.

Como para abrasar a tus bendades
vibro en el éter de tu claro cielo
y cayó aterrador sobre su suelo!
y también fue una tarde que teñía
de púrpura el crespón de esa mañana,
para hacer noche de la luz del día,
y ocultar la agonía
de la vencida multitud peruana;
para esmaltar de ojo
la desesperación de tu sonrojo!

¿Qué hiciste tú? Luchar, luchar serena,
tocar en arma tu flexible quena;
luchar como Leonidas a la sombra
de la legión contraria;
la sangre de tus hijos por alfombra
a torrentes verter sobre la arena
del combate, en que sola, como un paria,
sin protección ni abrigo,
arrojas a la faz del enemigo ,
el santo brio que tu seno atiza.






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